Entre algunos profesionales del Derecho existe un miedo profundamente arraigado a la automatización. ¿Por qué? Porque les preocupa que pueda costarles el puesto de trabajo. Pero basar esos temores en el ejemplo de lo que ha ocurrido en otros sectores es un error. El hecho es que la automatización de los flujos de trabajo jurídicos ya está creando puestos de trabajo en este sector, al tiempo que mejora los niveles de servicio y la satisfacción laboral.
El ejemplo inminente de los efectos negativos de la automatización sobre la mano de obra humana procede, por supuesto, de la industria manufacturera. Si bien es cierto que las cadenas de montaje robotizadas y los procesos automatizados han suplantado a los trabajadores en muchas plantas de fabricación, hay ejemplos que sirven de contrapeso en otros sectores. Por ejemplo, en el comercio minorista, donde el cierre de tiendas físicas fue acompañado de un enorme crecimiento del comercio electrónico, que dio lugar a la creación de decenas de miles de puestos de trabajo. Muchos de ellos están mejor pagados y ofrecen mejores prestaciones y seguridad que los empleos perdidos.
"Eso está muy bien", podría decir un profesional del Derecho, "pero la ley es una situación totalmente distinta".
Eso es muy cierto. También es la razón por la que los departamentos de Operaciones Jurídicas y los bufetes de abogados se beneficiarán de forma única de la automatización del flujo de trabajo jurídico, la inteligencia artificial y otros avances. Estos beneficios también beneficiarán directamente a las personas que trabajan allí.
Eliminar tareas, no trabajo
Como señala Jake Heller, consejero delegado de Casetext, una empresa de investigación jurídica basada en la inteligencia artificial, en esta reciente columna de Above The Law, es importante recordar que estas tecnologías eliminarán tareas de los abogados. Sin embargo, eliminarlas no significa que su trabajo vaya a ser superfluo. Como nos recuerda,
Mucha gente pensaba que los cajeros automáticos eliminarían a los cajeros bancarios no automatizados (humanos), pero hoy hay el doble de cajeros que antes de que existieran los cajeros automáticos. La tecnología automatizó muchas tareas contables (imagínese lo que costaba la contabilidad antes de Excel), pero ahora las cuatro grandes empresas de contabilidad facturan más y emplean a más personas que todas las Am Law 100 juntas. Después de que se automatizara el trabajo de la confección en el siglo XIX, el número de trabajadores de la confección no hizo más que aumentar. A menudo, la tecnología crea más puestos de trabajo precisamente en los sectores que más temen perderlos.
¿Por qué ocurre esto? En un mercado competitivo, no utilizamos la automatización simplemente para producir el mismo servicio o bien más barato. Utilizamos nuevas herramientas para ofrecer productos nuevos, mejorados y más atractivos. Una oferta mejor genera más ventas e ingresos y exige más contrataciones.
En el panorama actual de los negocios jurídicos se está produciendo una evolución muy similar.
Las nuevas exigencias requieren soluciones avanzadas
Ya hemos señalado que cada vez más bufetes de abogados y grupos de operaciones jurídicas están estudiando detenidamente la automatización de los flujos de trabajo y otras tecnologías. Cuáles son algunos de los factores que los impulsan?
- La demanda de servicios jurídicos es cada vez mayor, sobre todo a medida que las empresas crecen más allá de sus fronteras y mercados.
- Como señala el artículo de Jake Heller, los estudios indican que hasta el 80% de las necesidades jurídicas quedan sin cubrir, por lo que existe una necesidad imperiosa de mayor eficiencia.
- Las empresas con departamentos de operaciones jurídicas y los clientes de bufetes de abogados exigen una mayor contención de costes.
- Las necesidades de cumplimiento implican que los equipos jurídicos deben eliminar los errores y los cuellos de botella que crean exposición.
Como explica Jake Heller, hay un efecto agravante cuando se añade la tecnología a esta mezcla: a medida que los abogados son capaces de satisfacer más necesidades a un coste menor o más predecible, los clientes existentes (no sólo los que carecen de recursos o están privados de derechos) añadirán más transacciones y pleitos a su carga de trabajo legal.
"Aunque hay funciones de la IA muy adecuadas para sustituir muchas de las tareas más definidas, la práctica jurídica requiere capacidades cognitivas avanzadas y habilidades para resolver problemas en entornos de incertidumbre jurídica y fáctica."
Eliminar lo mundano mejora los servicios jurídicos
Al automatizar las tareas repetitivas -no sólo el enrutamiento o el tráfico, sino incluso flujos de trabajo completos, como los acuerdos de confidencialidad-, los abogados y el personal jurídico se liberan del "dolor de lo mundano". Así pueden dedicar su tiempo y concentración a los aspectos intelectuales y sustantivos del ejercicio de la abogacía.
¿El resultado neto? Una mejora de los servicios jurídicos, combinada con la capacidad de prestar más servicios en más frentes, con menor coste y mayor eficiencia.
En otras palabras, habrá más trabajo. Y una necesidad de más profesionales jurídicos y personal de apoyo.
Un buen ejemplo de ello es el de Vodafone Global Enterprise, que renovó su equipo interno de operaciones jurídicas mediante un proyecto de transformación digital de 18 meses de duración centrado en la mejora de la eficiencia y el ahorro de tiempo. ¿Cuál fue el resultado? Vodafone aumentó su personal jurídico de 35 en 2014 a 80, 50 de ellos abogados, para gestionar la afluencia de trabajo que hizo posible el cambio.
Por tanto, los abogados no deben temer la llegada de la automatización del flujo de trabajo jurídico. Por el contrario, deberían aprovecharla como una oportunidad de oro, al igual que han hecho nuestros propios clientes del sector jurídico, para inspirar un cambio que nunca antes había sido posible. Al mismo tiempo que se abren nuevas oportunidades de empleo y realización para los profesionales jurídicos.