Inteligencia artificial, investigación jurídica y la chispa humana
Inteligencia artificial, investigación jurídica y la chispa humana

Inteligencia artificial, investigación jurídica y la chispa humana

Michael Semer |

Ha habido un cierto temor reflexivo en la industria legal sobre el impacto de la inteligencia artificial como un componente en el inicio de la tecnología legal. Parte de ese temor podría estar justificado si el observador se centrara únicamente en las tareas e interacciones de bajo nivel que la inteligencia artificial podría asumir en lugar de los seres humanos.

Pero hay muchas razones para abrazar la inteligencia artificial y el aprendizaje automático como posibles salvadores en una época en la que los desafíos legales siguen aumentando en alcance y complejidad.

Above The Law hace un gran trabajo profundizando en ello en un artículo reciente sobre cómo la inteligencia artificial ya está alterando la forma de hacer investigación jurídica. Citando a Don MacLeod, Director de Gestión del Conocimiento en Debevoise & Plimpton, exponen el argumento clave a favor de adoptar la inteligencia artificial como herramienta:

Como abogados, es necesario estar al tanto del panorama jurídico actual. La investigación jurídica le permitirá asesorar a su cliente sobre las normas del Derecho en este momento, ya procedan de la jurisprudencia, los estatutos o los reglamentos."

Visto desde un ángulo, se reduce a la responsabilidad ética ante el cliente: Ofrecer el mejor asesoramiento y la mejor representación posibles requiere realizar el mejor trabajo posible de investigación jurídica, y la tecnología jurídica tiene mucho que ver en ello. El volumen de códigos escritos, jurisprudencia, tratados, opiniones, etc. es enorme, por lo que los abogados han recurrido a la investigación en línea como la forma más factible de acceder a ella. Sin embargo, para poder buscar en estos enormes bancos de datos jurídicos se necesita una herramienta más sofisticada.

Como señala David Lat en su artículo

Piense en la investigación jurídica como si fuera un rompecabezas, pero con algunas complicaciones añadidas. No conoces la imagen que se supone que forma el puzzle completado, no sabes cuántas piezas tiene y tienes que montar el puzzle bajo una presión de tiempo extrema. Esta analogía capta los dos grandes retos a los que se enfrentan los abogados que realizan investigación jurídica hoy en día: no tienen tiempo suficiente para la tarea y carecen de confianza en sus resultados."

Inteligencia Artificial: la tecnología jurídica como asistente legal definitivo

Las presiones a las que se enfrentan los equipos jurídicos modernos, y las limitaciones de tiempo y presupuesto a las que están sometidos, implican que las soluciones de tecnología jurídica como la inteligencia artificial no pueden limitarse a realizar meras búsquedas, sino que deben ser capaces de distinguir entre distintos tipos de consultas y ayudar a los investigadores a formular la pregunta adecuada en primer lugar para que los abogados puedan localizar la decisión, el asunto o el precedente que necesitan para armar su argumentación.

Las decisiones impulsadas por el ser humano hacen de la ley una entidad viva, que respira y se adapta".

Pero, como señala el artículo, la inteligencia artificial no es capaz de hacer las distinciones finas, las conexiones imaginativas y otras decisiones humanas que hacen de la ley una entidad viva, que respira y se adapta. La inteligencia artificial y otras tecnologías pueden acelerar y aumentar nuestra propia capacidad, lo cual es muy deseable, pero ninguna tecnología jurídica sustituirá jamás a la chispa que realmente motiva la perspicacia.

Dado que el Derecho es una práctica que trata con seres humanos, no con máquinas, es humano hasta la médula... y probablemente seguirá siéndolo.

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